Corresponsal: Ángel Martínez Casanova
En la instalación del 20 Congreso de Riesgo Financiero, en la ciudad de Cartagena el presidente (E) de Asobancaria Alejandro Vera, destaco que, en medio de las difíciles condiciones que se auguran para la economía mundial en 2023, la economía colombiana tendrá un buen comportamiento y la cartera de créditos se mantendrá saludable.
También en la instalación se habló de tres iniciativas que está llevando a cabo el gremio para mejorar el acceso al crédito en las poblaciones subatendidas. En primer lugar, está la propuesta realizada al Banco de Republica para reducir de 8% a 4% el Encaje Bancario para los depósitos vista, lo que traería una inyección de liquidez al sistema de aproximadamente 17,4 billones de pesos.
Una administración prudente es aquella que mide los riesgos del giro del negocio en la que se encuentra, adoptando las acciones que permitan neutralizarlos en forma oportuna.
El elevado dinamismo económico impulsa el ciclo financiero, lo que, un contexto de baja rentabilidad, una estancia de la política monetaria aun en terreno expansivo y una recuperación heterogénea podría traducirse en un mayor apetito de riesgo en nichos más riesgosos.
Sumado a lo anterior, el sistema financiero colombiano deberá afrontar la presión inflacionaria global, lo que eventualmente supone una creciente expectativa sobre una normalización de la política monetaria de los bancos centrales más rápida a lo previsto.
Cabría esperar que el encarecimiento de las costas de fondeo incida de forma más pronunciada en entidades de menor tamaño el indicador de acceso al sistema financiero.
Finalmente, las superfinanciera también expone cuales pueden ser los riesgos no financieros y ese eje problemático, la digitalización heredada desde antes de la pandemia.
Lo anterior va implicar la mejora de capacidades de respuesta y atención y prevención de incidentes y fraudes. El fortalecimiento de la resiliencia operacional resulta crucial más aun cuando existe una creciente migración de los procesos misionales.
Naturalmente, cuando la economía va bien, hogares y empresas recuperan la confianza en un mejor futuro para sus finanzas. No obstante, el sector financiero también actuó como estabilizador de choques negativos, que se hizo evidente en la pandemia.